Dos mil diez
« Y en el dos mil también… »
Discépolo
I.
Pasaron ya diez años
de aquel cambalache prometido por Discépolo,
y seguimos así, y seguimos aún, a pesar de todo,
como cantaba doña Eladia,
dejando las « porquerías » evocadas por el discepoliano tango,
en ese rincón donde se alojan los recuerdos inmuables.
II.
¿ Qué quedó de tal baile y de tal viaje ? Sólo un pusilánime parecer :
el mundo como un caos dirigido por valores y dublés…
el mismo caos, la misma incertidumbre,
el correr del tiempo en su desvencijado devenir.
Seguir siendo lo que somos, y lo que hemos sido,
en las palabras, las notas musicales y los versos.
Eso es lo que prodiga el tango.
Con su popular sabiduría.
01/01/2010
Esas líneas escritas hace tiempo
Reabrir una carpeta,
encontrar esas líneas escritas hace tiempo,
sobre el tango, con el tango,
en una experiencia teatral,
y existencial, por aquello de un encuentro
con otros que apasionadamente
habían decidido llevar a la escena
una pequeña luz sentimental,
algo que el vivir les dejó escrito en el alma,
de manera indeleble.
Un año ya…
En memoria del amigo Martial.
Y allí se fue, llevándose sus notas,
sus ritmos y canciones, su gentileza.
Y la razón oscura de una cultura
venida de muy lejos, con algo de lo eslavo,
y lo oriental, lo ucraniano y lo estepario …
Y esas palabras intensas susurradas, o gritadas,
dando así ese sentimiento tan crucial
reflejado a través de la tristeza de un acordeón
que alguna vez quiso tranformarse en bandoneón,
y el tiempo pudo más y dejó trunco
aquello que entre sus ágiles manos
hubiera podido ser quizá
una sabia conjunción entre tango y los Balcanes.
27/4/2015
Extraño desfile
« Tango que fuiste y serás… »
Los « taitas » y las « grelas »…
en un extraño desfile
de personajes que fantasmagóricamente
le pueblan a uno la memoria
en un recobrar de tiempos y de ausencias.
15/08/2011
Fueron años…
« Fueron años de cercos y glicinas,
de la vida en orsai, del tiempo loco »
De un tango
« La soledad es lo único eterno por estos parajes »
Omar López
El tiempo detenido, como en el tango, que nada se escape, que todo allí permanezca : las marcas del pasado, los años de la infancia, el barrio, inmóvil y que no cambie, la calle y su melancólico farolito, el suburbio, llano, la platitude argentina, esa figura « futurista y nostalgiosa » (Gotan Project), frente a la inmensidad, y fuga, siempre horizontal, y lejana, la pequeña patria, impresa definitivamente en las pupilas y en el cuore.
23/06/07 (Ya con 52 pirulos)
Malena (Entremés)
Dicen que Malena canta el tango como nadie en el mundo
que en cada verso pone todo su corazón
y que su voz, como una flor del suburbio,
tiene perfumes de olvido, que tiene penas de bandoneón.
Que su canción es fría como un último encuentro,
que se hace amarga al filo de un recuerdo.
¿ Cómo saber de dónde viene esta pena ?
¿En qué tango va a resurgir ?
Con voz de alondra desde la infancia
los nombres de las calles de su barrio
aparecen cual la marca de su tristeza
luces apagadas de un día sin fin
dolor escondido
melancolía vana : la voz de Malena nos vuelve mejores
Esto no es un poema de Borges
Podría haberlo sido y no lo es
un poema escrito por alguien
que uno no conoce y al tiempo, tan familiar
se asemeja en la lectura, y entonces
en la escritura surgen esos ecos
escondidos, frutos del laberinto
de la imaginación, siempre desbordante del poeta
aquél que cantara a la ciudad con su guitarra sin cuerdas,
al malevo que cruzando la calle Serrano
en Palermo está allí como un fantasma,
tirándole la lengua a la Parca pues para él
ya no existe el paso del tiempo, son todos los tiempos
confundidos que el verso concilió en un para siempre
de palabras, metódicas, animadas por ritmos inusuales,
transmisiones de un pensamiento a otro, de mitologías
confusas de héroes confusos que siempre lo fueron
y nunca sobrepasaron la hoja de papel
ella misma les dió existencia y ella les quitó la fantasía
en el último gesto que implica cerrar el libro
y dejarse llevar por otros acordes, otros vientos.
La obra queda allí, perecedera.
Y lo que ha sido, es... en la observación aplicada
de un crepúsculo donde ya no estamos...
donde sólo somos sombras
un reflejo en el espejo de los años,
una matriz tipográfica, un palimpsesto.
Fondeadero
“Nieblas del Riachelo, amurado al recuerdo, yo vivo esperando…”
(Tango de Enrique Cadícamo)
Vapor / Raza / Origen
Daniel MoyanoI
I
Como así nomás, una canción
me vuelve a la conciencia
¿ Es la fonética del título ?
¿ Es la semiótica de la espesura brumosa
que toda niebla implica
con su fuerza evocadora ?
o es ese río, siempre la vida como río,
que es presente y es pasado,
que es inmigración, borda,
límite de la nave (« que al morir » dice Cadícamo)
que tanta gente trajo,
y que tanta gente devolvió
luego de una frustración profunda
(hacia la « no-América »),
forjando una vuelta, un regreso
que siempre en la memoria permanece.
II
¡ La pena del inmigrante,
cantada y retratada
en una inconmensurable nostalgia !
III
Lo paradójico de todo esto :
escribir a partir de un verso,
susurrado, fijado, retratado,
por una memoria
que no se digna a ceder
frente al insistente olvido.
Reminiscencia tanguera
El poeta, maula, que cantaba « solamente una vez amé en
la vida, con la dulce y total » respiración, resignación,
dejándole el fruto de la rara comedia de Calistoy
Melibea, la madama que contaba las monedas en una época
que se fue, que ya no está y murió porque el tiempo es
cruel y va podando los tallos con su afilada guadaña,
ay si pudiéramos volver a esas tardes de paisano
y guitarra, fiestas camperas, olor a barrio suburbano,
milonga gris, Milonguita, esa mujer auténtica que no existió
y sin embargo cruzó el océano y pervive en el corazón de todos,
viejas melodías que nos fueron haciendo en la nostalgia
y la certeza, ducho era el bardo en aquellos tiempos,
todo era tan sencilla la emoción…
Milonga de las esquinas, para no olvidar
(Recitado)
Allí, donde el río levanta
Faros a una distancia infinita,
De espaldas al mundo, un sueño
De metrópolis crece y se agiganta.
El tiempo te fue llevando
A ponerte otros disfraces,
Paloma de vuelo lindo,
De patio, paredón y viajes.
Ya no veo tus calles,
Ni tus luces, ni tus semáforos
Rojos : ¡ pare y no pase !
Por aquí no pasa nadie...
No pasarán...
Esta milonga de la esquinas
para no olvidar.
Y como en una historia de amor,
Donde el final no es un final
A toda vela, cerraste los ojos,
Buenos Aires, bajaste los brazos,
Buenos Aires,
Y ahora, como una moza desencantada en su pieza,
Haciendo costura, zurciendo esperanzas,
El traje del caballero invisible,
Cosés entre lágrimas.
Ya no veo tus plazas,
Ni tus casas coloniales,
Se las llevó una rutina,
Rante, lucrativa y foránea…
Mi país.
Esta milonga de las esquinas, canto,
Para no olvidar.
Y así, andando y viendo el mundo
Girar, en su loca calesita
Y caballo, sube y baja,
El recuerdo de antaño
Como en la pera de la sortija.
Y yo que estiro la mano
Y otra vuelta no gano,
Pago mi turno, vacío mi vaso,
Dejo la mesa de los recuerdos,
Y me voy con mi sombra
A visitar otros pagos.
Esta milonga de las esquinas,
Para no olvidar…
Dejo la mesa de los recuerdos,
Y me voy con mi sombra
A visitar otros pagos.
Esta milonga de las esquinas,
Para no olvidar…
(Esta milonga la escribí un 5 de enero de 1989 con la esperanza que, quizás, un día un amigo musicante la llevaría al pentagrama).
Piazzolla
Suma de tango más tango
sobre un oráculo cruel y misterioso
donde yacen escritas las condenas
del hombre que amó y ama figurándose
una eternidad que se va de a poco,
como el alcohol cerrando las heridas,
el dolor mojando las ideas,
un tiempo extrañamente detenido
en el beso final y la nostalgia, / en los pobre recuerdos
que palpitan
cuando ya no hay nada,
cuando se ha aquietado todo
Y es la música el último suspiro
de una muerte que se aleja.
(De Retornos/La generación de vencido,
Ed. Libros de Tierra Firme, Bs As, 1990)
Recuerdos de la Milonga del Angel en la ruta de Beaucaire
Fueron años de bailes y de encuentros,
recitales, lecturas, conferencias ;
y siempre con el mismo calor, rigor,
la misma amistad,
y un puente imaginario
entre Buenos Aires y Nîmes,
y por qué no también,
un puente entre la verdad de cada uno
y el otro, en la percepción
de la pasión, el tango y el afecto.
Pastiches sentimentales
(El tango nos ha vuelto un pueblo de poetas).
I
Era para mí decir
que la vida entera
más allá del sol de primavera
se hacía y deshacía
en la esperanza y el creer
que un pasado mejor siempre
mejor porque lejano,
iba a darnos las respuestas
para que el futuro
perdiera su lado incierto
y se volviera una constancia
de cosas por realizar,
en una adición del afecto
donde la suma tuviera el valor
de lo pergreñado, es decir,
de lo que se va acumulando
en emociones y encuentros.
II
Somos como somos
en un decir de cosas
olvidadas, somos un resurgir
de palabras, y sonidos...
una memoria
de vagas remembranzas.
III
(Lo que el tango refiere
son esos márgenes inciertos
con los cuales se ordena una existencia)
Con qué simplicidad decir
aquello que el intelecto elabora
en su paso de palabras
por el tamiz crucial
de lo sentido.
IV
Hay una moral en cada historia,
cada ser, cada esperanza...
La tarea del poeta :
desgranar con las palabras
dicha identidad,
hacerla huella.
Nocturno
En la ciudad vencida
el sueño horada las callejas,
unos naufragan
en el alcohol risueño
y otros, más sombríos,
recitan
la sempiterna canción
del desencuentro.
6 a 0
Fue el fútbol un momento, soberbio,
de encuentro y reencuentros,
cosas que en la memoria
significan la emoción
de otros tiempos, sombríos y apasionados :
« ¡Vamos, vamos, Argentina…! »
« Caminito » el tango…
“Caminito” el tango, el tiempo ha borrado todo rastro,
rastro que ya no es más que consuelo y cariño, recuerdo
alejándose como barco a la deriva, y aquella melodía,
ensoñadora, se pierde en la memoria y pervive cual un
susurro, borrado susurro de un cantar querido, un
territorio, lugar de siempre, algo de conquistado y
perdido como una isla en un mar que no figura en ninguna
cartografía, sólo en el planisferio escondido del alma.
Lección de « Sur » *
Honda la borra
vacío el vaso
y en el querer
nadie es sabio
si no es
arrepintiéndose.
* Película del realizador argentino Fernando « Pino » Solanas. “Vuelvo al sur como se vuelve siempre al amor”, canta el tema principal.
Lo peor, el silencio
Cuando amanece y las calles son vacíos,
lugares inalcanzables, y un hombre
llora una tristeza o camina desolado
mientras los demás, con ciudadana prisa,
continúan y pasan, y dejan que el olvido
acomode sus pocos trastos en un rincón
en un cartón embebido de silencios…
Lo peor, para que nadie entienda
para que nadie escuche esos pasos,
desesperadamente inciertos.
Para componer una milonga
Para componer una milonga
hacen falta más nostalgias
que las que el alumbrado
de las calles en sombra
nos inventa.
Recuerdos, hacen falta
desarraigos, pesadumbres
hacen falta, y el calor
de una mano amiga que en el afecto
o la guitarra, nos sigue y acompaña :
« Si a mí me gusta que suenen
p’a que los voy a engrasar… » *
* De Los ejes de mi carreta... milonga de Atahualpa Yupanqui.
El sur de Goyeneche
Lo llamaban el « Polaco »
su voz inconfundible
atravesó modas y épocas,
su rostro, sufrido
llevaba el trazo
de tanto dolor acontecido,
tantas nostalgias.
Cantando a ese « paredón y después… »
así le dio al tango
otra juventud
hecha de notas y de esperas…
Blues-tango
Una voz en italiano
me susurra al oído,
una nostalgia inmensa surge
y las imágenes, nocturnas,
se entrecruzan y conceden a la tristeza
otra certitud mayor,
otra manera de la ausencia.
Fado
En aquellas orillas, como en otras,
se fue forjando el dolor en la música,
y la música en la voz de un decir,
asombrado y nostalgioso.
Cantar los abandonos,
del Tajo al Plata,
en los márgenes de un mismo río
hecho de corazón y pesadumbres.
« Todos somos hijos de Fierro »
Al vasco Alejandro Elizalde
I
"Todos somos hijos de Fierro"
dice el amigo en su carta
y lo que es cierto
es que en esta historia de exilios
y autoexilios, los argentinos
arrastramos un mito
de luchas y destierros.
II
¿Cómo deshacerse del mito ?
si no es creando otros mitos
que nos reflejan otra imagen
en el espejo implacable
donde se translucen por siempre
las cosas de una memoria, desandada.
III
Por esos caminos voy y vengo,
por estas palabras
sigo siendo el mismo:
"tout rentre dans l'ordre..."
perenidad de los versos.